¿Qué pasaría si me hundiese en lo profundo del océano?
Como una antigua embarcación, que ya no puede mantenerse a flote.
Mi casco se despedazó en aquel largo y peligroso viaje.
En proa, aún queda el recuerdo de aguas tranquilas. En popa, se encierra el restante de mis temores.
¿Mi rumbo? A babor, las aguas se llevaron mi sentido.
A estribor, el océano me robó el corazón.
Capitanes, marineros y tripulación, almas perdidas, cuerpos sin vida.
En el faro, la luz nos abandonó a nuestra suerte.
Pequeña embarcación, sin norte ni sur, sin este ni oeste.
¿De dónde sopla el viento?
Es poniente, en nuestra partida, y debería ser levante en nuestra llegada.
Mi ancla en lo más profundo descansa. Las aguas frías y gélidas del océano, hunden este barco solitario, que por más que quiera, a puerto nunca llegará.