Me dejé llevar, y que mi ropa cayera al suelo, que mi piel se erizara con tus roces y mi pecho ladrara por tus besos.
Reconozco que me perdí con tu mirada, y caí en las garras de la tentación.
Como Eva que mordió su manzana, yo probé del fruto de tu pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario